viernes, 13 de noviembre de 2009

Cosas de casa.

Según el SIMA la pobla- ción de El Puerto de Santa María asciende a 86.000 habitantes, de los cuales mas de 10.000 están en situación de desempleo, cifra que aumenta semana tras semana.
¿Es un dato preocupante? parece que no, si no solo echen un vistazo a cualquier centro comercial un fin de semana.
Los pobres se han llevado demasiado tiempo viviendo como ricos, si la tele dice que debemos tener esto o aquello, nosotros para guardar las apariencias nos compramos esto o aquello, porque somos los más fashion, los mas modernos y los mas inteligentes del mundo y si no lo demostramos por fuera nadie se lo va a creer.
¿Qué hay problemas?, nada, vamos a quitarle importancia al tema viendo el fútbol, haciendo botellona o culpando a la clase ratera, digo política, que para algo está.
Nosotros no tenemos la culpa, siempre la tienen otros.
Pero la cosa sigue creciendo, y con la pinta que tiene va a terminar devorando, aun más, el debil tejido social de El Puerto, como de otros lugares.
Pero a nadie parece importarle.
Cuando digo nadie, me refiero a la gente que realmente importa y forma una sociedad, a todos esos don nadies, populacho o gente de a pie en la que me incluyo.
Al pueblo, gran olvidado de sí mismo y de quién es.

La base donde todo lo demás se sustenta; leyes, sistemas judiciales, gobierno, sociedad al fin y al cabo.

Una base donde depositar las pisadas para unos pocos que al final siempre son los mismos.
Las clases políticas y clases adineradas de El Puerto, que son las que menos clase tienen realmente, aunque eso no los hacen culpables, si a un pobre le toca la lotería o da el "braguetazo" con un negocio, pasa del tirón a ser otro más, olvidandose pronto de quien era y centrándose en su nuevo status.
Como diría Jesucristo con otras palabras más cristianas, nadie se hizo rico de forma honrada, ni trabajando honradamente te haces rico (solo que el utilizo palabras como camello y aguja).

Mi pueblo se cae abajo, como un castillo de naipes tras una racha de viento llamado crisis, y lo peor es que la gente en vez de aguantar cada uno su naipe sigue criticando lo mal que agunta su naipe el vecino.

Cosas de casa, de un pueblo adormecido por el costumbrismo y ferviente seguidor de la vía fácil, rápida y comóda. Un pueblo sin sangre en las venas, pero eso no importa.

¿Qué el barco se hunde? salvese el que pueda y a los demás que le den, espíritu heróico el nuestro fíjese, por algo seguimos prefiriendo todo lo que venga de fuera antes que lo que tenemos en casa, igualito igualito que los americanos que tanto nos gusta simular ¡¡por los cojones!!.


Si la cosa estaba mal antes, ahora está peor, pero no pasa nada, que vendrán tiempos peores y el lobo se va a comer todo el rebaño... y por mucho que se crean que no son ovejas por estar alejadas del rebaño, recuerden que todos vivimos cercados por la misma valla.
Pero claro, eso posiblemente a nadie le importe.

1 comentario:

  1. cuánta razón, qué hipocresia CRISIS dicen... y luego te ves el Romerijo petao hasta los topes, aunque te digo una cosa, seguro que en sus casitas estarán a base de sopitas de avecrem, pero claro, lo importante es aparentar...

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